Madera


Madera

 

La madera, recurso natural, renovable y reciclable, es un material utilizado tradicionalmente para su empleo constructivo, debido a sus excepcionales cualidades de comportamiento a flexión (tipo viga) y compresión (tipo pilar). Constituye, además, el único material, junto con la roca, que ha demostrado una durabilidad que se extiende durante siglos, permaneciendo, en adecuadas condiciones de mantenimiento, intacta, aún sometida a cargas de gran orden.

 

Según lo introducido anteriormente, se afirma que la madera ha demostrado:

 

Que es capaz de soportar esfuerzos de compresión, de aquí su perfecto comportamiento como pilar en las estructuras.

 

Que tiene un excepcional comportamiento a flexión, principal esfuerzo que actúa sobre las vigas por este motivo tradicionalmente se ha utilizado la madera en las cubiertas y forjados de las edificaciones.

 

Que tratada con productos protectores como recoge la Directiva de Productos  Biocidas (BPD) dispone de un adecuado nivel y calidad en su protección para su uso en exterior con garantías demostradas de eficacia, durabilidad e hidrofobia.

 

Por estos motivos, se concluye que la madera es un material  adecuado para la construcción siendo optimizable su uso mediante un adecuado proceso de diseño y cálculo.

 

La construcción con madera permite una mejora económica en los supuestos en los que se emplea derivada, principalmente, de la facilidad de trabajado y procesado que presenta.

 

Igualmente, los costes de transporte y montaje de construcciones (edificaciones e infraestructuras) son altamente competitivos frente a otros materiales, debido a la relativa ligereza del material a estudio.

 

Se entiende esta inexistencia debida a la reciente incorporación de la madera al elenco de materiales estructurales regulados normativamente, con la aparición, en 2006, del Código Técnico de la Edificación, aprobado mediante el Real Decreto 314/2006, que introduce, a nivel nacional, y por primera vez, la madera como material constructivo, al contar el mismo con las máximas garantías derivadas de décadas de investigación técnica.

 

El CTE cuenta, además, con el Documento Básico de Seguridad Estructural de Madera, que recoge, pormenorizadamente, las propiedades físico – mecánicas de la madera, para las diferentes clases resistentes.

 

Este hecho permite llevar a cabo el cálculo exacto de las solicitaciones en las estructuras, con lo que, a través del software de cálculo en madera y de diseño asistido por ordenador se da con la solución óptima.

 

Por otra parte, también debe ser entendido como innovador el empleo de materiales que permitan disminuir la huella de carbono de los materiales constructivos, siendo en este aspecto, la madera, un material idóneo. El uso de la madera, presenta la capacidad de mitigar  el cambio climático, ya que almacena en su interior 1 t de CO2 por cada metro cúbico de madera, ayudando a reducir las emisiones de carbono a la atmósfera.

 

Aunque puede ser chocante saber que la madera presenta un mejor comportamiento que el metal en una situación de incendio, la realidad indica que así ocurre, y esto es debido al excelente grado de conocimiento del comportamiento de la madera frente a este agente y del tiempo necesario para el colapso de la estructura, mientras que se desconoce el comportamiento del metal, al ser función de las temperaturas alcanzables, siendo este parámetro muy difícil de estimar. En la madera se conoce con exactitud la velocidad de carbonización, ya que es un mal conductor del calor, mientras que en el metal su alto coeficiente de dilatación y de conductividad del calor provoca la fluencia ante una exposición al fuego.